jueves, 24 de noviembre de 2011

Ser colombiano es bueno en Brasil

El amigo de Recife, Mauro, me decía, el día del caldinho de Sururú: -Aquí en Brasil es bueno, y en Recife es donde mejor me ha ido. Hay días que me hago 60, 70 reales, eso en Bogotá es duro. Colombia está difícil para el artesano. En cambio, el brasilero es generoso y curioso, le gusta comprar cositas... también son alegres, les gusta charlar...

En los días siguientes, por las calles, colegios, ambientes comunitarios de varias ciudades hemos corroborado esa impresión. Un señor que vende mangos en Boa Vista, cerca del puente de Boa Vista, Recife, estuvo en Bogotá en la casa de unos amigos.

Otro, que vende pescado en Olinda, por la Rua do Sol, fue marino y estuvo en una competencia internacional en Cartagena, me dijo que había competido con su equipo, contra el Gloria, de Colombia, en ambos casos, nos hicieron rebajas sustanciosas.

Un rasta que pinta camisas en una calle turística de Pelourinho, el barrio más antiguo, en el centro de Salvador, tiene dos amigos rastas en Cartagena que lo invitaron por estos días para allá, salió hoy, si no recuerdo mal, nos orientó un poco por la zona sin insistir en que compráramos nada. Un señor mayor, en el Mercado Modelo, que está en el puerto de Salvador nos charló como media hora sobre las islas más bonitas para ir a visitar, sobre su barrio (bairro da Paz, la favela grande aquí), cerca al aeropuerto.

Un guía turístico nos orientó igual que el rasta, sin insistir en cobrar por la guianza y charló sobre las muchas cosas en común que tienen los dos países. Advirtiéndonos que evitáramos las calles que acabábamos de recorrer para entrar a Pelourinho. Le dijimos, -sí, ya nos dimos cuenta...

El mismo Lauzi, quien nos dio posada en Aracajú, acababa de regresar de Colombia pocos días antes de nosotros llegar a su casa. Quedó tan impresionado y contento que nos atendió a cuerpo de rey y nos pidió que le enseñáramos a hacer arepas.

De encime, le enseñamos también a hacer patacón (unos amigos colombianos que viven en São Paulo, nos habían dicho que en Brasil no se consigue platano verde, eso cambia en el noreste de Brasil). Él nos llevó por todas partes durante la noche y el día que pasamos en su casa.

Pero lo más bonito que hemos podido tener como colombianos por aquí, es la reacción de los niños y jóvenes en los lugares donde hemos podido tener algún tipo de encuentro. En el colegio de Paranatama, cerca de Guaranhus, donde nos recibió Rubens, amigo de Carolina, ilustre eleusina de la localidad 5, Bogotá, los niños no sabían dónde quedaba Colombia, y alguno dijo "en Africa?". Pero después de charlar un poco, responder a sus preguntas y mostrar algunos pasos que les hicieron reir, unos cuantos se querían tomar fotos con nosotros. Parecían niños colombianos de cualquier zona rural del valle del Magdalena o la costa. Muy despiertos y animados. También aquí, en Salvador, ayer en la tarde, un ratico que estuvimos en la sede del proyecto Criar e Crescer - Guerreiros da Paz, los niños jugaron "llegó carta", "ritmo" e hicieron dibujos de lo que les gustaría mostrar a una pareja de turistas colombianos en Salvador.




Más tarde, aproveché que María José tenía un trabajo que hacer y me pasé por la sede de Pracatum, la escuela de Música que creo Carlinhos Brown en el barrio de Candeal, la zona afro más afro en la mitad de la ciudad. En estos días se celebró en Brasil el dia de la conciencia negra, que aquí es el 20 de noviembre, fecha en que murió Zumbi, el líder del primer quilombo brasilero, que fue en un pueblo cerca de Guaranhus, llamado Palmares (en bus pasamos por ahí pero no sabíamos así que no nos pudimos bajar). Aquí en Salvador, ya nos tomamos la foto en la estatua correspondiente.


Entonces, la actividad era una premiación de las actividades que los grupos de la escuela habian hecho durante la semana en una gimcana conmemorativa de la conciencia negra. Pero como aún tenemos pendiente otra visita más a Pracatum mejor escribo sobre eso más adelante. Sólo para redondear la lista de experiencias chéveres por ser colombiano en Brasil, adelanto que llegando como un extraño, sin haber acordado cita ni nada, me dejaron saludar, presentarme y nos invitaron a conocer el centro y charlar con algunos de los grupos, la semana entrante, cuando al estar ya en la última semana, el centro está oficialmente cerrado a visitas.


Un historiador que estuvo en esta actividad me soltó la chiva: la Universidad Federal de Bahía está aumentando la planta docente... Así que, amigos profesores que quieran vivir aquí: a preparar los papeles! Que ser colombiano en Brasil es bueno!

1 comentario:

  1. Olá amigos.
    Que bom que estão gostando de conhecer o Brasil e os brasileiros.
    Foi muito bom para nós conhecer pessoas tão simpáticas como vocês.
    Esperamos que, sempre que possível, venham nos visitar.
    Gostamos muito do seu blog.
    Grande abraço:
    Yone e Ricardo.

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